"Todo lo que tienes que hacer es ponerte los cascos, tirarte al suelo, y escuchar el CD de tu vida. Canción tras canción, no puedes saltarte ninguna, todas han pasado, y de una forma u otra servirán para seguir adelante. No te arrepientas, no te juzgues, se quien eres. Y no hay nada mejor para el mundo. Pausa, rebobinar, play, y más y más aún. Nunca pares la música, no dejes de descubrir sonidos para lograr explicar el caos que tienes dentro.Y si te sale una lágrima cuando lo escuchas, no tengas miedo, es como la lágrima de un fan cuando escucha su canción preferida."

3 de marzo de 2011

Entrevista a los cuatro grandes poderosos de la música nacional

Uno decide qué canciones escuchan cuatro millones a diario, otro es el empresario de conciertos más poderoso, está el mánager de rock nacional más grande y también quien dirige los gustos del ‘indie'. Estos hombres influyentes hablan de los entresijos de su trabajo, de sus necesidades y del futuro. Y se lanzan pullas.
Aquí se encuentran cuatro rostros poderosos en el negocio de la música nacional.

“El pop español es casposo”, resalta el director de 40 Principales. “La música aquí es para una elite seleccionada”, argumenta el responsable de Rockdelux. “Cada vez hay menos dinero negro en esto”, revela el mánager de Fito y Fitipaldis. Y el codirector español de Live Nation, la mayor empresa de eventos en directo del mundo, remata: “Son tiempos duros”. Hablamos con cuatro empresarios poderosos en la industria de la música española sobre la crisis de la industria discográfica, sobre por qué los conciertos son caros o del poder de la radiofórmula, para bien o para mal (según se mire). Se trata de obtener una visión de conjunto y con contrastes. A continuación, los cuatro tipos más poderosos de la música en España.

JAUME BARÓ, DIRECTOR DE 40 PRINCIPALES: LA EMISORA MUSICAL CON MÁS AUDIENCIA

En una habitación de unos 15 metros cuadrados, sobria, con colores blancos y grises, y desde la que se ve la Gran Vía madrileña desde una séptima planta, se decide qué música van a escuchar, a diario, cuatro millones de españoles. Es el despacho del director de 40 Principales, la emisora líder en la radiofórmula en España, que en sus casi 45 años de vida ha influido de forma directa en cuál es la música mayoritaria en este país. Él es Jaume Baró (Barcelona, 47).

De primeras, Jaume es parco en palabras. Se expresa sin florituras y busca con la mirada la comprensión del nterlocutor. Mantiene un discurso estructurado y preparado: “A mí lo que me interesa es que me oiga el dependiente del Zara, el tío del taller... ”, expresa, de forma firme. Palabras como ‘producto’, ‘perfil’ o ‘modelo’ son recurrentes cuando expone su rol y su negocio musical, explicado con pragmatismo. En la programación de 40 Principales no hay cabos sueltos. Por ejemplo: el hip hop o el heavy no se pinchan porque son estilos polarizados. “Esto es: gustan mucho a unos, repelen a otros”, remata Baró. Tampoco para estrellas adolescentes, de Disney (es difícil escuchar a Justin Bieber o a Miley Cyrus en su programación): no atraen a la edad media del público a llegar, 29 años. ¿Cuál es entonces el terreno fértil? “Nosotros trabajamos el pop, no por capricho de nadie, sino porque es el estilo con mayor potencial, en cuanto a seguidores”, espeta el director.

El objetivo principal de la emisora 40 es claro: llegar a un público masivo y de una franja de edad joven determinada, entre los 25 y los 35 años, aquella con más recursos, y posibilidades, para gastar sus euros. Para ello, su máxima es dar al oyente lo que quiere escuchar. ¿Quiere esto decir que 40 Principales es la cadena en la que el público encuentra lo que quiere escuchar? Para Baró la respuesta es contundente: “Sí”. La encuentra en sus 11 años de experiencia en su puesto, en las encuestas que hacen para conocer los gustos de la audiencia o en la expansión de esta marca, que también encabeza una revista, una televisión y un portal de internet, un musical y, próximamente, una cafetería.

Baró relaja el discurso al charlar sobre su carrera de piano, que se sacó en paralelo a su Licenciatura en Periodismo (durante años se curtió tocando en orquestas) y al confesar lo que disfruta escuchando a Supertramp mientras desayuna los fines de semana. Y es entonces cuando hace revelaciones sorprendentes: Lady Gaga no le gusta y piensa que el pop español actual es, en sus palabras, “antiguo y casposo”.

RS: ¿Ha afectado la crisis a 40 Principales?

Afecta en que es más complicado llegar a acuerdos con las compañías discográficas para que, por ejemplo, cuando organizamos nuestros Premios Principales nos ayuden a costear al artista. El avión, las dietas... Antes, éstas se hacían cargo de esos gastos, pero ya no. Ahora la radio programa con mucha más libertad que antes.

RS: ¿No tienen peso las discográficas en la programación de la cadena?


Las inversiones de las compañías son cero, por lo tanto no tienen peso. Nosotros, ¿de qué nos ganamos la vida? ¿De qué comemos? De que venga aquí Repsol, El Corte Inglés o Cola Cao, y haga sus grandes inversiones. ¿Por qué las hace? Porque tenemos un montón de oyentes, con unos perfiles cojonudos. ¿Por qué tenemos éstos? Porque programamos en función de lo que quieren. ¿Por qué podemos programar en función de lo que quieren? Porque no nos mediatiza la industria discográfica. ¿Por qué no nos mediatiza ésta? Porque no tiene un pavo.

RS: ¿Cómo ves el estado de la música en España?

El pop español no ha evolucionado, está antiguo, casposo. Se ha quedado en el sonido de hace 15 años. Estamos todavía rasgando las guitarras, cuando fuera hay programadores trabajando con sonidos electrónicos. Los productores siguen siendo los de hace 25 años. Gente de 40, 50 años aquí está produciendo a chavales de 18. No tiene sentido.

RS: ¿Dónde está el futuro, entonces?


Hay que introducir el mundo de la electrónica en el pop español, incorporar un nuevo grupo de productores, meter la informática en el pop… Y todo eso no se hace. Se sigue trabajando con los cazatalentos de siempre, con los mismos equipos de toda la vida.


RS: 40 Principales es una marca que también despierta antipatía…


Como todo lo que es líder.

RS: Para este mismo reportaje, el director de la revista ‘Rockdelux’ dice que 40 Principales ha hecho daño a la música en España. ¿Qué responde su director ante esta afirmación?


Mi trabajo no es conseguir que Deluxe se convierta en masivo. A mí lo que me interesa es que me escuchen los que están en la calle, para luego ir con mi saco de oyentes a Peugeot, para que compren mi producto. Me da igual: ellos [‘Rockdelux’] no van a salvar el mundo ni van a cambiar la música en este país, no lo han hecho nunca con su grandes críticas y plumas. ¿Qué tendrá que ver 40 con que haya un grupo Mr. X que haga unas canciones que son una mierda? Si son una mierda, pues son una mierda. Y si no le gusta a la gente, pues no le gusta a la gente. Y yo puedo estar poniendo una canción cinco veces al día que si es una mierda no funciona.

RS: ¿Eso ha sucedido?


Claro. Antes no tenías información y podías estar convencido de que una canción era la hostia, pero ni te enterabas de que en la calle no estaba funcionando porque estabas en tu mundo. Ahora eso no sucede, debido a nuestras encuestas. ¿Por qué tenemos un millón y medio oyentes más que hace un año? Porque estamos tocando la música que la gente quiere oír.

SANTI CARRILLO, DIRECTOR DE LA REVISTA ‘ROCKDELUX’: LA PUBLICACIÓN MÁS INFLUYENTE DEL 'INDIE'

Santi Carrillo (Barcelona, 46 años) lo tiene claro: “Nosotros difundimos buena música. Lo digo sin ningún tipo de falsa modestia”. Con nosotros se refiere a Rockdelux, la revista de música que dirige. Esta cabecera mensual, con una tirada de 50.000 ejemplares (dato proporcionado por el propio Carrillo), ha capitaneado los gustos de un público, el indie, cada vez más masivo en España. Sólo hay que ver el éxito del festival barcelonés Primavera Sound, estrechamente ligado a Rockdelux.

“Nuestro radio de acción va más allá de nuestro tamaño”, cuenta el director. Tiene argumentos: esta publicación catapultó a bandas consagradas en sus primeros días (Los Planetas quedaron segundos en su concurso de maquetas, en sus lejanos inicios en los 90), su estilo de redacción (poético y con aires intelectuales), ha impregnado el periodismo musical en España: lo que sale en sus páginas es referencia para otras publicaciones de música. “Lo que dice Rockdelux importa”, concluye Carrillo.

Carrillo no es un entrevistado fácil: si desconoces detalles de reportajes publicados en su revista se asombra, y no es amigo de explicaciones amplias. A cambio, no se corta en ser tajante. Es serio, como los contenidos de su publicación. “No soy de los que piensan que los críticos seamos músicos frustrados”, responde, ante la pregunta de si ha tocado en alguna banda. “¿Nuestro gran valor? Que somos independientes: sólo dependemos de nuestro trabajo, no pertenecemos a un gran grupo”, dice, desmarcándose de cualquier estrategia empresarial que pueda diluir la credibilidad de su trabajo. Tenemos amigos y enemigos, pero contamos con el respeto de ambos”, dice, a modo de declaración de intenciones.

Rockdelux nació en 1984 como una reencarnación de Rock Espezial, publicación musical de referencia en España aquellos años. Entonces, Santi llevaba casi un lustro escribiendo sobre música. Cuando aquella década llegaba a su fin, este amante de Alaska y los Pegamoides, Bruce Springsteen o los Clash se hizo con la dirección de la revista. En ese momento, un circuito minoritario de músicos ponía semillas para lo que a principios de la siguiente década coagularía en el incipiente indie patrio. Rockdelux encontró en éste su nicho. Aunque Santi se desmarca de fórmulas: “Hemos hecho testimonio de muchas cosas que empezaban: la electrónica, el nuevo flamenco...”. Para ello, su gran baza es, explica, su capacidad para filtrar información. “Contamos con una buena plantilla de colaboradores, que seleccionan entre lo abundante de la música ahora”, cuenta.

El director de Rockdelux habla de cuál es el futuro de los grupos, de cómo la música de calidad es de las élites en este país, y de qué mata los gustos musicales de la mayoría: los 40 Principales.

RS: ¿Cómo ves el estado de la música en España?

Aquí la música es de una élite seleccionada. España es más para la fiesta, para lo popular, no tanto para disfrutar de las cosas menos directas. No es un país musical, como Francia, Inglaterra o EE UU, en los que el pop es una forma de vida. Aquí simplemente es un complemento.


RS: ¿Por qué crees sucede esto?


La tradición musical aquí es nefasta. Y no hay apenas medios con una criterio seleccionado. Está Radio 3, que es una excepción, y de ahí tienes que irte a canales autonómicos. Creo que 40 Principales ha tenido una influencia nefasta en la música aquí. Ponlo, por favor. Además ha tenido un efecto multiplicador: porque su modelo de radiofórmula se ha esparcido a otros medios.


RS: Hay quien tacha a Rockdelux de esnob. ¿Qué respondes ante esta valoración?


No somos esnobs. En nuestras listas con lo mejor del año hemos sacado a Spiritualized, Manu Chao, Public Enemy, Animal Collective, Flaming Lips... Estos nombres no son nada esnob y están consolidados.


RS: Pero hay quien dice que apoyáis a grupos minoritarios y cuando se hacen un poco más masivos les dais la espalda.


No es cierto que las cosas de éxito no nos gustan. Lo que sucede es que muchos abaratan sus propuestas para llegar a un público más populista. ¿Un ejemplo? R.E.M.


RS: ¿Crees que 'Rockdelux' ha tenido capacidad para ensalzar grupos o tendencias?


Sí, creo que hemos ayudado. Para Los Planetas hemos sido una especie de padres. De hecho, hay una canción suya, Segundo premio, que yo creo va sobre el concurso de maquetas en el que quedaron finalistas. También hemos hablado de muchos cuando nadie lo hacía, como Sr. Chinarro, Nacho Vegas, Christina Rosenvinge...


RS:¿Y tenéis poder para que un grupo pequeño no crezca?


Las cosas pequeñas que no nos gustan las pasamos por alto.


RS: ¿Dónde está el futuro de la música en España?


Tal y como están las cosas, en la autogestión. Los grupos tienen que crecerse ante la crisis.

GAY MERCADER, CODIRECTOR DE LIVE NATION EN ESPAÑA: LA PROMOTORA DE CONCIERTOS MÁS POTENTE

El empresario más poderoso de la música en vivo en este país no usa internet. Y cuando se metió en Google por primera vez dio con un montón de páginas con contenido homosexual.“Nunca había entrado hasta el año pasado y ¿qué es lo primero que busqué? Pues, mi nombre. Aparecía entre un montón de páginas gays”, cuenta Gay Mercader, entre risas. Este catalán, de 61 años, vive en el campo, en Anglés (Gerona) y no tiene carné de conducir. Su trabajo lo lleva a cabo desde el sofá de su casa; eso sí, con un consumo de teléfono, asegura, “de 16 horas al día”.

Un tipo peculiar. Gay se presenta como un solitario y poco amigo de la farándula. Pero tiene amistad íntima con Sting, recuerda juergas emblemáticas con Keith Richards y en sus ratos libres ha tratado de aprender a tocar la guitarra, con instrumentos regalados por Bob Dylan, AC/DC o Neil Young. No con mucho éxito: “Soy mal músico, buen promotor”, explica. Se explaya con disertaciones, no deja cabos sin atar y no suelta el timón en la conversación. Disertando sí, pero sin perder el control.

No le faltan motivos para sentirse seguro. Mercader está a la cabeza en nuestro país de Live Nation, la mayor promotora de conciertos del mundo. Ésta fue la responsable de traer aquí los últimos gigantescos y concurridos espectáculos de AC/DC, Lady Gaga o Shakira, por ejemplo. Antes de meterse en este oráculo del negocio musical internacional, lideró Gamerco, la mayor promotora de conciertos aquí, con la que trajo a astros como Eric Clapton, Police, Peter Gabriel… Hace cinco años decidió poner fin a su empresa por un motivo: había tocado techo. “Meterme en Live Nation era la única manera de seguir creciendo”, recuerda.

Aunque el concierto más importante de su vida lo montó hace tiempo. Fue en 1976. A los pocos meses de fallecer Franco, se enfrentó al estresante reto de traer a los Rolling Stones a Barcelona. Estresante porque el negocio en torno al rock no era precario, casi no existía (“Esto se ha profesionalizado con los años”, explica Mercader). Hubo manifestaciones en contra e intereses políticos cruzados, pero lo peor fue la pesadilla de cualquier organizador de conciertos: a una semana de tener lugar, se quedó sin recinto en el que celebrarlo. Consiguió montarlo en la plaza de toros Monumental, de Barcelona, y ése fue su pasaporte: “Sabía que si ese concierto salía bien ya me quedaba con una carta de presentación”, explica Mercader.
Mercader se explaya al hablar sobre la crisis en su sector, de la noche que pasó miedo con Iggy Pop en un taxi o del mayor batacazo económico que ha sufrido últimamente.

RS: ¿Por qué las entradas de muchos conciertos grandes son a menudo tan caras?


Los precios no los dictan las promotoras, sino los artistas. Yo puedo proponer uno, pero si quien toca se empeña en que son 50 euros, ése es el precio. Hay también quien se preocupa de que todas las localidades tengan el mismo coste, como AC/DC, en su última visita. Todas las entradas estaban a 65 euros.


RS: ¿Y cuánto cuesta traer a un grupo histórico, como AC/DC, por ejemplo?


Los grupos históricos son históricamente caros. Multiplica los 65 euros por entrada por 60.000 asistentes, después descuenta el coste del escenario, un millón, después costes de producción... Es complicado decir un precio exacto pero puedes hacerte un cálculo aproximado.

RS: En tiempos de crisis, ¿cómo se ha visto afectado tu sector?


Es mentira que los conciertos se han llevado el dinero que antes se gastaba en discos. Han desaparecido los ayuntamientos con su dinero y sin éstos es difícil organizar un concierto grande. Tiene que intervenir la empresa privada, como pasó con los Stones en Vigo, por ejemplo. Son tiempos duros, aunque esto se ha profesionalizado mucho. Hemos mantenido el tipo, los que más, probablemente.


RS: ¿Cuáles han sido tus mayores éxitos y batacazos profesionales recientes?


Lo primero, Lady Gaga. Es la tía más mediática desde Lady Di. Es el mayor fenómeno actual, junto con Shakira. ¿Un batacazo? El último concierto de Peter Gabriel en Madrid. Nunca hay garantías.


RS: ¿Habrá conciertos de Rolling Stones este año?


No.

RS: Eres amigo de ellos. ¿Cuál crees que es su motivación para seguir?


Son músicos y tocan porque lo necesitan.

RS: ¿Recuerdas el primer concierto que montaste?


Fue en mayo de 1973, del grupo Incredible String Band, en el Palacio de la Música de Barcelona. Un amigo y yo nos pusimos delante de donde iba a ser el concierto y decíamos, a voces: “Estos tíos que vienen a tocar son buenísimos”.


RS: Así, de primeras, ¿qué recuerdo de jarana te viene a la cabeza al tratar de recordar una juerga con alguna estrella?


Es que son un montón… Me viene a la cabeza una noche en Lisboa, con Iggy Pop. Íbamos en un taxi, con un loco conduciendo. Sentimos tanto miedo que nos pusimos las gafas de sol para no ver nada.

XAVIER ARRETXE ‘POLACO’: MÁNAGER DE FITO Y FITIPALDIS: EL GRUPO QUE MÁS LLENA

Polaco (así le llama todo el mundo) habla rápido, piensa rápido y vive rápido. Sus frases a menudo no llegan a ser finalizadas: no ha terminado de explicar una idea y ya se está yendo a otra. Pero es consciente de ello. “Perdona, es que voy muy rápido”, se disculpa. Es un defecto profesional: en su trabajo tiene que coordinar horarios, funciones y personas, con agilidad, sin miedo a los imprevistos ni a las grandes cantidades. Es el mánager que trabaja con mayores cifras de nuestro rock: es el mánager de Fito y Fitipaldis, el grupo español que más llena. Porque, ¿cuántos han puesto hasta arriba el Palacio de Deportes de Madrid, con 15.000 personas, tres noches consecutivas?

Su labor la realiza desde la cabeza de Last Tour International, creciente empresa, que orienta y coordina la carrera de músicos (además de Fito y Fitipaldis lleva a Extremoduro, M Clan, Quique González…), es promotora de conciertos (organiza los festivales Azkena Rock Festival o Bilbao BBK Live, ha traído las giras de Kiss, Metallica…)… “Ha desarrollado una forma innovadora de entender el negocio desde la gestión directa de todas sus vertientes y la cercanía con el artista…”, se presenta la marca en su página web. El estilo de Polaco resulta más campechano y directo: “Tengo poca paciencia para tonterías”, suelta el mánager de rock más importante en nuestro país.

Polaco en su DNI es Xavier Arretxe Irigoien, de 45 años, emigrado de Barcelona a Portugalete (Vizcaya) a mediados de los 80. “Nunca supe que a los catalanes les llamaban ‘polacos’ hasta que llegué al País Vasco en los 80”, explica, riendo, sobre el origen de su mote. Su historia se construye con vivencias de calle, casualidades e intuición. Como el cocinero que antes fue fraile, él se curtió en varias bandas de punk y rock (Zer Bizio?, The Flying Rebollos…), antes de sustituir la batería por una gruesa agenda. De hecho, sus tambores son los que se escuchan en las primeras grabaciones de Fito y Fitipaldis. Pero no fueron los que le llevaron a moverse entre peces gordos de la industria musical española.

Sé que lo pasé muy bien, aunque no recuerdo muy bien con quién ni cómo”, se sincera, al echar la vista atrás a sus agitados años 80 y 90. En aquella nebulosa, en la que tocó cientos de conciertos en garitos por todo el país (con sus correspondientes juergas), dio con la clave de su trabajo: “La única forma de crear una carrera sólida en la música es de la manera tradicional: curtiéndote a base de conciertos, poco a poco”, comparte. Su bautismo de fuego, organizando entre bambalinas, lo tuvo junto a Extremoduro, banda para la que trabajó como mánager de carretera (“su mánager, Jokin, un tío de toda la vida, me enseño un montón. Es como un padre”, dice Polaco sobre este padrino). Pensar a largo plazo, funcionar con los menos intermediarios posibles o coordinar a aquellos con mayores conocimientos técnicos que él son gajes que ha aprendido en sus casi 15 años de rodaje.
Polaco habla sobre pagadores con dinero negro, de por qué echa a intrusos en los camerinos de los músicos y sobre la previsión climatológica, un gran quebradero de cabeza para él. Lo hace siempre rápido, claro.

RS: ¿En qué consiste el trabajo de mánager?


Depende del criterio de cada uno. Para mí es rodear al artista de lo necesario para que sus canciones luzcan. Que el músico no tenga que pensar en otra cosa que en hacer sus temas. Me dedico a todo lo que rodea a la música: prensa, publicidad, sponsor, diseño de carteles…


RS: Dicen que al mánager le toca hacer de poli malo.


Eso es porque tratas de quitar presión todo el rato. Si hay que echar a alguien del camerino antes de un concierto, pues me toca a mí hacerlo.

RS: ¿Y te toca lidiar con muchos caprichos de estrella?


No. Yo trabajo con el músico, no para él: es una interrelación. Y no utilizo contratos de exclusividad: quien se quiera ir lo puede hacer. Sólo he tenido una experiencia mala, de tener que cortar con alguien por actitudes de ese tipo, pero no te diré con quién. Sólo trabajo con quien quiero.

RS: ¿Hay crisis en la música española?


La música no está en crisis. Son las discográficas las que se han ido a tomar por culo. Hay músicos que se quejan, pero los beneficios por ventas de discos para ellos son del 4%. Los músicos nunca han vivido de las ventas de sus discos. Fito puede hacer una gira sin haber publicado nada nuevo.

RS: ¿Y la música en vivo pasa por malos tiempos?


Hay menos feriantes. Está desapareciendo la figura del agente-amigo, ése que se lleva al concejal del ayuntamiento de putas y a comer, para colocar a un artista y luego se lleva un 10% de lo contratado. Otra cosa es el agente que contratas, porque conoce bien la zona y las infraestructuras donde quieres organizar el concierto. Esto se ha profesionalizado mucho: ya no hay el dinero negro de antes, que terminaba un concierto y te venían a pagar con un fajo de billetes. Ahora llegas a una sala y vales lo que vales: se lleva menos lo de cobrar 50.000 euros para que vengan 200 tíos al concierto.


RS: ¿Cuál es el mayor quebradero de cabeza en tu trabajo?


La climatología. Tienes un concierto al aire libre, y estás que si llueve, que si no llueve… Y tienes que tomar decisiones rápido.




La entrevista ha sido extraída de aquí

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